Una de las áreas que produce curiosidad es la relación que se ha establecido en el mundo hispano entre el gremio de la Psicología y Coaching. Lejos de establecer separación, cada vez es más imperativo la presencia de profesionales de salud mental en el mundo coaching. Empresas contratantes de Coaches están extendiendo la invitación a Psicoterapeutas para ser entrenados como “Coaches de Salud Mental” en empresas Fortune 500.
Aun cuando Coaching es una práctica profesional que se caracteriza por no abordar los temas del pasado, mientras más conocemos las dinámicas de la psique, más tendremos el mindset compasivo para establecer una relación de un ser humano a ser humano, con respeto y asombro.
En este momento la pandemia ha tenido efectos secundarios en las personas por el efecto del aislamiento, la falta de contacto social, separación, adaptarse a nuevos estilos de vida y término de relaciones clave. Esto lleva a lo que el New York Times define como la Pandemia de la Soledad en un Mundo Disruptivo. Temas de Sufrimiento Emocional surgen en las sesiones de Coaching que no ameritan un psicoterapeuta, pero sí exigen una gran sensibilidad y madurez.
Procesamos en Presente, pero no podemos evitar que el cliente nos relata un incidente del pasado, sobre todo cuando se tiene la confianza después de unas 6 a 8 sesiones. Emociones recurrentes de estrés, burnout, rechazo, ansiedad y desesperanza aparecen en las sesiones. Cada vez se hace más profunda y reflexiva la sesión produciendo nuevos insights que llevan a plenitud.

Conocer acerca de los fantasmas de la psique nos permite un mayor espectro de observación y criterio para servir mejor y así referir el cliente a una instancia más alta si es que lo necesita. Una de las áreas de la psicoterapia que más me llamó la atención fue la del Análisis Bergleriano, basado en el trabajo de Edmund Bergler. Lo conocí a través de la práctica de la Dra. Geana Cobb y el autor Peter Michaelson en 2005 durante un momento de mi vida donde me encontraba solo en Naples, Florida.

Aquí se establece que el sufrimiento emocional es debido a apegos que han permanecido a emociones negativas no resueltas. Algo parecido a las heridas que no nos permiten sanar. Esto me llevó a sesiones de expansión y aprendizaje.
Mientras que buscamos sentirnos bien gran parte del tiempo, a través de nuestro esfuerzo y compromiso, nuestra psique está atada a apegos negativos que producen infelicidad. Las decisiones inconscientes que tomamos que producen infelicidad están ligados a experiencias que en la infancia produjeron sentimientos de privación, rehúso, traición, humillación, abandonó, y rechazo. Esto desafía el sentido común, pero nuestro inconsciente opera de forma irracional. Entonces, no sabemos qué es lo que realmente nos ocurre, le echamos la culpa a la situación, pero en realidad, estamos buscando la EMOCIÓN, utilizando la situación para detonar emociones que nos desempoderan.
Esto hace que repitamos y reciclemos las emociones negativas que surgen a raíz de relaciones, situaciones y hábitos que inconscientemente nos encontramos viviendo, siendo estos apegos emocionales la causa de mucho sufrimiento. Escogemos un socio que nos traiciona, relaciones que no nos producen satisfacción, comidas que nos enferman, proyectos que no sacamos a la luz, para luego sentirnos rechazados, abandonados o privados de felicidad. Estos son los apegos, el “cable pelao” que en la infancia aprendiste a conocer y con los que no has conseguido estar en paz.
De la forma más sencilla esto se explica así, y les sonará completamente irracional: El adicto al juego de azar, no está adicto al jugador está adicto a la emoción de pérdida que sucede. El novio celoso no es adicto al amor, es adicto al sentimiento de traición que ocurre por sus mismos actos de celos, por lo tanto, termina solo y echándole la culpa a la persona. Al decir, me enoja o me da ansiedad, en realidad estás detonando conflictos internos que producen la alucinación de estar enojado o controlado. Esto no lo vemos, por eso se llama el fantasma de la psique.
Otras veces nos culpamos a nosotros mismos, “soy demasiado flojo,” “no tengo la capacidad”, “el otro es mejor”, “es que soy una persona dispersa” ¡ese es el problema!
Esto sucede porque existe un conflicto estructural, por lo tanto, deseas, buscas respeto y felicidad, y por otro lado, hay una sensibilidad extrema de sentir rechazo producto de una determinación de sentirse rechazado. La causa de esto está en el pasado. Es posible que sufriste rechazo en la infancia y la única salida, el único mecanismo de defensa fue la aceptación, y ahí comenzó todo. Te rechazas a ti mismo.
En Coaching tenemos el poder de cambiar este cableado interno cuando logramos el compromiso de expandir hacia niveles de felicidad y prosperidad, tengan un significado nuevo más importante que cualquier otro acuerdo inconsciente. Requiere comprender más a la persona y lograr la plenitud de forma mindful, es decir reflexivo hacia sí mismo.

A medida que como Coaches nos responsabilizamos más en nuestras prácticas, para seguir aprendiendo y al mismo tiempo perfeccionamos nuestras prácticas con observación, estudio y búsqueda de credenciales avaladas por organizaciones que velan por el estándar que requieran Coaches Profesionales, seremos cada vez más un aporte a cambiar aquello que necesita el mundo hoy.
Podemos hacer que el sufrimiento se convierta en una memoria distante y lo que quede por delante es la vida bajo tu criterio, como quieres que sea.
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